Belardo y Valdovinos – Chano
Romance
Romance con referente épico francés: carolingio. Audios recopilados en La tradición oral leonesa. Antología sonora del romancero (2019), de David Álvarez Cárcamo.
Ay, tan alta va la luna como el sol del mediudía,
cuando don Pedro Abelardo de las batallas venía.
Treinta rías de caballos, todas ganadas n’un día.
—De esos caballos, Belardo, uno para mí quería.
—Téngalos todos, mí tío, otro pa mí ganaría.
—No seas así, Abelardo y toda tu galardía,
lo que se gana en un año suele perderse en un día.
Entonces le dijo que se fuera a buscar a Valdovinos.
Se fuera de en valle en valle y de vallina en vallina,
y allá lo fuera a encontrar, al lao de una fuente fría.
— ¿Qué haces ahí, Valdovinos, oh, primo del alma mía?
—Estoy mirando a mi caballo como las yerbas comía,
y la sangre de mis llagas como por ellas corría.
—El moro que a ti te dio dime qué señas tenía.
—(Y) el moro que a mí me dio ¡líbrete Santa María!
Un metro medía de ancho y dos de alto medía.
Comer, comía por ocho, vino por nueve bebía,
y trabajaba por veinte cuando menester había.
Se fuera de valle en valle y de vallina en vallina,
y allá lo fuera a encontrar, en casa de una su amiga.
—Yo maté a Valdovinos, tras de Abelardo corría.
—Mientes, mientes, perro moro, mientes y cuentas mentiras.
—En mi tierra hay un uso que no sé si aquí lo había,
que el que dice miente al otro al campo lo desafía.
Monta el moro en su caballo, parece una torre erguida,
monta Belardo la suya, parece una palomita.
Echa el moro la su lanza, viene el aire y la desvía,
echa Belardo la suya, la echa con valentía,
le llevara pecho, espalda y galardón de la silla.
Le cortara la cabeza y se la dio a su amiga.
—Malo eres tú, Belardo y toda tu valentía,
que has matado al mejor moro que había en la morería.