Casamiento y muerte enfrentados – Torneros de Jamuz

—Tengo de subir al árbol       y cogerle una naranja,
para dársela a mi amante       que está malito en la cama.
—Vengo a verte amante mío       que tú malito estarás,
¿cómo te va amante mío       con tu larga enfermedad?
—Váyame como me vaya       a ti nada se te da,
el amor que me tuviste       n’otro lo pusiste ya.
El día que me dijeron       que tú ya no me querías,
la cara se me quedó       los mismo que la tenía.
El día que tus señores       estuvieron con tus padres,
a mí llaman el barbero       determinan de sangrarme.
Cuando a ti te estén diciendo       niña quieres a fulano,
a mí me estarán vistiendo       un hábito franciscano.
Cuando vayas para casa       en compaña de tus gentes,
a mí me están enterrando       cuatro amigos solamente.
Oferta no me la traigas       porque falta no me hará,
si me llegara hacer falta       mis padres me la traerán.
Cuando pases por la puerta       donde yo esté enterrado,
no serás para decirme       que Dios te haya perdonado.
Cuando pases por la puerta       rézame un ave María,
por aquellas amistades       que tuvimos algún día.
Cuando pases por la puerta       donde el galán se crio,
consuélate con la jaula       el pájaro ya voló
y después de haber volado       y haber pisado la nieve,
vale más tu linda cara       que cuanto tus padres tienen.