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El moro que reta Valencia – Trascastro

Romance

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Categorías
Tradición oral
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Subcategorías
Romances
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Descripción

Romance con referente épico y fronterizo. Audios recopilados en La tradición oral leonesa. Antología sonora del romancero (2019), de David Álvarez Cárcamo.

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Transcripción

Cómo se pasea el moro       y el moro por la calzada,
de cara mira Sevilla       de cara mira Granada,
de cara mira a Valencia       que la tiene más cercana.
—Oh Valencia, oh Valencia       oh Valencia, oh Valenciana,
premero fuistes de moros       que de cristianos ganada
y antes de mañana a est’hora       de moros seréis cercana.
Este rey don Quil       le he de arrastrar de la barba
y su hija la Antonita       y ha de ser mi n’amorada.
—Antonita de mi vida       y Antonita de mi alma
y ese moro que ahí viene       y entreténmelo en palabra.
—Padre, dígame de amores       que yo amores no sé nada.
—Ay quién es el caballero       que así pasa y no me habla,
se no fuera la vergüenza       me asormara a la ventana.
—Y asérmese usted siñora       yo la cogeré en mi capa,
que traía el caballero       pa regalar a la dama,
yo traigo un anillo de oro       y en la punta de mi espada,
la mujer que lo tuviera       nunca morería encentada
y el hombre que lo tuviera       nunca morería en Granada.
¿Qué es ese estrueldo, señora       que por sus palacios anda?
—La espada del rey mi padre       y un niño las manejaba,
anda márchate mal moro       no digas que te soy falsa
y el traedor del rey mi padre       ya ensellara ya acabara.
—Déjalo que ensille, ensille       déjalo que alcabalgarda,
no hay potrizuelo en la guerra       que vaya donde mi yegua vaya
a no ser un potrizuelo       que se perdió en la montaña.
—Ese potrizuelo, moro       mi padre le da cebada.
Le da voces al barquero       que le pripare la barca
y el barquero como amigo       se la tiene preparada.
Donde el potro saca el pie       la yegua mete la pata.
—No siento la mi mojer       y el que la dejo encentada,
lo que siento es mi yegua       queda entre gente cristiana.
—Cállate tú, mal moro       que la yegua bien quedaba,
donde el potro come pan blanco       la yegua come cebada.