El quintado + La aparición de la enamorada muerta – Luyego

Ya llega la Cruz de Mayo       ya llega la primavera,
cuando los quintos se tallan       y se van para la guerra,
todos cantan todos ríen       todos hacen bien la venia,
menos un pobre soldado       que clava la vista en tierra.
—Soldadito, soldadito       por qué tienes tanta pena,
¿lloras por tu padre o madre       o por temor a la guerra?
—No lloro por padre o madre       ni por temor a la guerra,
lloro por mi esposina       que es chica y solita queda .
—Si es chica y solita queda       tres días le doy de tregua,
coge ese caballo blanco       y marcha a lejanas tierras.
—Al llegar al cementerio       una sombra negra vi,
mi caballo se ha espantado       y yo me atemorecí.
—No te espantes mi caballo       ni tú tampoco de mí,
que soy tu querida esposa       que te salgo a recibir.
—Si eres mi querida esposa,       ¿por qué no me abrazas, di?
—Brazos con que te abrazaba       a la tierra se los di.
—Si eres mi querida esposa,       ¿por qué no me besas di?
—Labios con que te besaba       a la tierra se los di,
y si te quieres casar       cásate en Valladolid,
con la hija del platero       que se llama Beatriz
y si tienes una hija       ponle Rosa como a mí,
para que cuando la llames       te acuerdes siempre de mí.