El rondador desesperado + Casamiento y muerte enfrentados – Retuerto
Romance
Romance sobre la aventura amorosa: amores con final trágico. Audios recopilados en La tradición oral leonesa. Antología sonora del romancero (2019), de David Álvarez Cárcamo.
El sábado por la tarde por tu puerta me paseo,
converso con las vecinas porque contigo no puedo,
pregunto que dónde estás me contestan al momento:
—A la fuente fue por agua con dos cantarillos nuevos.
El domingo se va a misa con mucho sal y salero,
así que la vi venir media vuelta di al sombrero.
Ya la viera entrar en misa con mucho sal y salero
y tomar agua bendita con los dos dedos del medio.
Ya la viera arrodillarse delante del sacramento.
—Atento a la misa, mozo. —Paloma blanca, no puedo,
solo con verte y mirarte yo con eso me consuelo.
Fuera a casa de mis padres que me vistieran de nuevo,
buen zapato buena media buen bolsillo de dinero,
si con esto no me caso asienta plaza me vuelvo.
—Asienta plaza, galán, asienta plaza mancebo,
si tú te mueres por mí yo por ti no me muero.
Cuando a ti te estén echando la banda para los dos,
a mí me estarán midiendo con diez varas de cordón.
Cuando a ti te estén poniendo el anillito en el dedo,
a mí me estarán bajando de la cama para el suelo.
Irás a misa de boda pasarás por el sepulcro
y no serás pa decir Dios perdone a este difunto.
Sin que sus padres lo sepan ni su novio la dejara,
se fue a despedirse de él cuando ya estaba en la caja.
Tanta pena le causó que allí muerta se ha quedado,
muerta se quedó la niña en los brazos de su amante
y a los dos los enterraron en aquella misma tarde.
El sábado por la tarde por tu puerta me paseo,
converso con las vecinas porque contigo no puedo,
pregunto que dónde estás me responden al momento:
—A la fuente fue por agua con dos cantaritos nuevos.
A otro día era domingo yo fui a misa el delantero,
por ver si veía venir aquel tan gallardo cuerpo.
Así que le vi venir media vuelta di al sombrero,
porque no diga la gente que por tus amores muero.
Ya se terminó la misa salgo yo el delantero,
fuera a casa de mis padres que me vistieran de nuevo,
buen zapato buena media buen bolsillo de dinero,
si con esto no me caso a sentar plaza me vuelvo.
—Asienta plaza, galán, asienta plaza mancebo.