El seductor de su hija. Delgadina – Bouzas

—Delgadina, Delgadina       tú has de ser mi enamorada.
—No lo quiera Dios del cielo       ni la Virgen Soberana,
de mi padre ser mujer       de mis hermanos, madrastra.
—Pues si no lo quieres ser       n’un cuarto estarás encerrada.
Seis años allí metida       sin beber vino, ni agua.
—Yo de comer te daré       las cecinas más saladas
y de beber te daré       los orines de una vaca.
Al cabo de los seis años       se le abriera una ventana,
viera estar allí a su hermano       jugando bolos de plata.
—Hermano qui’eres por cierto       dame una jarrita de agua,
que yo me muero de sed       y la vida se me acaba.
—Hermana, bien te la diera       hermana, bien te la daba,
pero si viniera padre       luego al punto me mataba.
Delgadina se echó al suelo       oh ma’ Dios cómo lloraba,
diera vuelta a otro balcón       se le abriera otra ventana,
viera estar allí a su hermana       es una silla sentada.
—Hermana qui’eres por cierto       dame una jarrita de agua,
que yo me muero de sed       y la vida se me acaba.
—Hermana, bien te la diera       hermana, bien te la daba,
pero si viniera padre       luego al punto me matara.
Delgadina se echó al suelo       oh ma’ Dios cómo lloraba,
diera vuelta a otro balcón       se le abriera otra ventana,
viera estar allí a su madre       que a la fuente iba a por agua.
—Madre que lo eres por cierto       dame una jarrita de agua,
que yo me muero de sed       y la vida se me acaba.
—¡Quítate de ahí mala hija       quítate hija malvada!
Que va para los seis años       que me tienes mal casada.
Delgadina se echó al suelo       oh ma’ Dios cómo lloraba,
diera vuelta a otro balcón       se le abriera otra ventana,
viera estar allí a su padre       jugando con una dama.
—Padre, que lo eres por cierto       dame una jarrita de agua,
que yo me muero de sed       y la vida se me acaba.
—Si tú me cumples el gusto       yo te daré vino y agua.
—Yo le cumpliré el gusto,       aunque sea de mala gana.
Unos mandó por el vino       y otros mandó por el agua,
si pronto ha llegado el vino       más pronto ha llegado el agua,
cuando el agua llegó       Delgadina muerta estaba.
A los pies de Delgadina       manaba una fuente de agua,
la cabecera de Delgadina       de ángeles está rodeada,
en cambio la de su padre       ¡ay! de demonios estaba.