Cerrar
Borrar registro
Va a proceder a borrar el registro con nombre Grimaldos desterrado y Nacimiento de Montesinos – Tejeira
Borrar
Cerrar
Antes de publicar
¿Certificas que todos los datos son correctos? Tras la publicación, el registro quedará bloqueado. Más tarde podrás desbloquearlo. Si lo haces, quedará constancia de las modificaciones introducidas tras el desbloqueo.

Guarda el registro como borrador si no lo has completado y vas a continuar en otro momento.
Publicar y bloquear
Cerrar
Desbloquear registro
No olvides volver a publicar el registro tras realizar los cambios.
Desbloquear y despublicar

Grimaldos desterrado y Nacimiento de Montesinos – Tejeira

Romance

o
Icono cerradura
o
Categorías
Tradición oral
o
o
Subcategorías
Romances
o
o
Descripción

Romance con referente épico francés: carolingio. Audios recopilados en La tradición oral leonesa. Antología sonora del romancero (2019), de David Álvarez Cárcamo.

o
o
Transcripción

El rey y la reina       juntitos a misa van,
van hablando de Tornillos,       que es un bizarro galán.
Entonces habló Tornillos       lo que no debiera hablar:
—La infanta está preñada       de ocho meses o algo más.
Y el rey, oyendo aquello,       la mandara desterrar;
ciento ocho caballeros,       bien acompañada va.
La llevaron a un disierto,       junto de un muradal;
con dolores de parida       allí la dejan quedar.
Tenía su niño en brazos,       no tenía quién lo empañar;
bajó la Virgen del cielo       y al niño fue a empañar.
—Dime tú, infanta mía,       si lo quieres bautizar.
—Bautizarlo sí, señora,       que en buenos brazos está.
—Dime tú, infanta mía,       cómo le quieres llamar.
—Eso no lo sé, señora,       su padre no está acá.
—Míralo por dónde viene       Montesino de cazare.
—Mira tú, buen Montesino,       un infante tienes ya;
dime tú, buen Montesino,       si lo quieres bautizar.
—Bautizarlo sí, señora,       que en buenos brazos está.
—Dime tú, buen Montesino,       cómo le quieres llamar.
—Montesino es su padre,       nacido en montesidad,
Montesino era su padre,       también el niño será.
El niño tiene cuatro años       y otros tres meses más,
el niño tiene cuatro años,       con su padre iba a cazar;
y en el medio del camino       le iba enseñando a hablar:
—Mira niño, mira a Francia,       mira al palacio real,
mira las puertas verdes       donde tus abuelos `stán,
mira las mesas redondas       donde as doce comen pan.
—Permiso le pido, padre,       yo me tengo de ir allá.
—Eso no lo haré yo, niño,       eso no lo haré yo tal,
que eres muy niño pequeño       y al rey no sabes hablar.
—Buenos días, señor rey       y su divina majestad;
a Tornillos no le hablo,       que no debo de le hablar.
Entonces iba Tornillos       para al niño degollar.
—Detente, noble Tornillos,       al niño no le hagas mal,
que el niño viene de bueno,       de bueno nos pedirá.
— Yo vengo de bueno,       que soy su nieto carnal.
Y el rey, oyendo aquello,       desmayado cae atrás;
luego que volvió en sí,       al niño fue a abrazar.
—Dime, niño, dime, niño,       tu madre por dónde está.
—Mi madre anda por el monte,       sin duelo ni caridad.
—Vete, hijo, vete, hijo,       y dile que venga acá.
—Juramiento tiene hecho,       no lo quiere quebrantar,
de bajar a los palacios       y a Tornillos degollar.
—La cabeza de Tornillos,       hijo, tú la has de llevar.
¡Válgame Nuestra Señora       y la Virgen del Pilar!—