Cerrar
Borrar registro
Va a proceder a borrar el registro con nombre El seductor de su hija. Delgadina – San Martín de Torres
Borrar
Cerrar
Antes de publicar
¿Certificas que todos los datos son correctos? Tras la publicación, el registro quedará bloqueado. Más tarde podrás desbloquearlo. Si lo haces, quedará constancia de las modificaciones introducidas tras el desbloqueo.

Guarda el registro como borrador si no lo has completado y vas a continuar en otro momento.
Publicar y bloquear
Cerrar
Desbloquear registro
No olvides volver a publicar el registro tras realizar los cambios.
Desbloquear y despublicar

El seductor de su hija. Delgadina – San Martín de Torres

Romance

o
Icono cerradura
o
Categorías
Tradición oral
o
o
Subcategorías
Romances
o
o
Descripción

Romance con la mujer como protagonista: sobre víctimas de incesto. Audios recopilados en La tradición oral leonesa. Antología sonora del romancero (2019), de David Álvarez Cárcamo.

o
o
Transcripción

Un rey tenía tres hijas       y las tres como la plata,
la más pequeñita de ellas       Delgadina se llamaba.
A la subida pa’ misa       su padre la remiraba
y le dice: —Delgadina,       tú has de ser mi enamorada.
—No lo querrá Dios del cielo,       ni la Virgen Soberana,
que sea mujer de usted       madrastra de mis hermanas.
A la salida de misa       en un cuarto la encerraba,
de comer le da sardinas       de beber agua salada.
Delgadina con gran sed       se asomase a una ventana
y viera estar a su hermana       en sillón de oro sentada.
—Hermana, tú eres mi hermana,       dame una jarrita de agua,
que se me seca la boca       se me abrasan las entrañas.
……………………….       —Yo te la daría, hermana,
si el rey padre lo supiera       la cabeza me cortara.
Delgadina con gran sed       se asomase a otra ventana
y viera estar a su madre       cosiendo paños de Holanda.
—Madre, que es usted mi madre       deme una jarrita de agua,
que se me seca la boca       se me abrasan las entrañas.
—Quítate de ahí traidora,       quítate de ahí malvada,
de siete años para ocho       me has hecho a mí malcasada.
Delgadina con gran sed       se asomase a otra ventana
y viera estar a su padre       mirando juegos de barra.
—Padre, que es usted mi padre       deme una jarrita de agua,
que se me seca la boca       se me abrasan las entrañas.
—Yo te la daría hija       si me cumples la palabra.
—Yo se la cumpliré, padre,       aunque sea de mala gana.
Por aprisa que iban jarras de oro       más aprisa las de plata
y a dar agua a Delgadina,       Delgadina muerta estaba.
A los pies de Delgadina       hay una fuente que mana
y en el medio de la fuente       hay una paloma blanca.
La paloma es la Virgen María       que p’al cielo la llevaba
y la cama de su padre       de demonios rodeada.