La muerte del novio. Madre, Francisco no viene – Tabuyo del Monte

Teresa tenía un novio       que Francisco se llamaba,
acostumbraba ir a verla       tres veces en la semana
y se pasó la semana       y Francisco no llegaba.
—Madre, Francisco no viene,       madre Francisco ya tarda.
—Calla tú, mi hija tonta       calla tú, desjuiciada,
que estamos en sementera       anda la gente ocupada.
Se subiera a la rejilla       se asomara a la ventana,
vio venir a un caballero       con una yegua albocana.
No corría como yegua       que corría que volaba.
—Nuevas te traigo, Teresa,       nuevas, pero son muy malas,
que al tu querido Francisco       le dio el toro una estocada,
malito está que se muere       malito está que se acaba.
—Aparéjeme el caballo       que me marcho sin tardanza.
Y en el medio del camino       las campanas encordaban.
Cuando Teresa llegó       y entre cuatro lo sacaban.
—Adiós querido Francisco       adiós querido del alma
Ya te llevan a enterrar       en compaña de los mozos,
adiós querido Francisco       adiós prenda de mis ojos.
Ya te llevan a enterrar       y en compaña de tus gentes,
adiós querido Francisco       adiós prenda para siempre.
Adiós prenda para siempre       y hasta el día del juicio,
Dios quiera que nos veamos       en la cruz del Paraíso.