La penitencia del hermano incestuoso – Llamas de la Ribera

Jueves Santo, Viernes Santo,       entre la pasión de Cristo,
un mozo de veintiún año       tan solo un pecado hizo.
Durmiera con una hermana       con ella tuviera un hijo,
el pesar que él tenía       no hubiese tenido cinco.
Bajó una carta del cielo       bordada con pergaminos,
que vaya descalzo a Roma       desempedrando el camino,
que beba las aguas turbias       y deje los ricos vinos,
que coma el pan de cebada       y deje los ricos trigos,
que se meta en una cueva       de sapos le coman vivo,
de medio cuerpo pa’bajo       ya se lo llevan comido
y ahora van a las entrañas:       —¿Quién lo sufrirá, Dios mío?
—Si lo sufres con paciencia       al cielo te irás conmigo.
A eso de la media noche       el penitente en camino.
Las campanas de la gloria       tocando se desafían,
unos dicen: —¿Quién se ha muerto?       Otros: —¿Quién se moriría?
El alma del penitente       que pa los cielos camina.