La renegada de Valladolid + La hermana cautiva – Sancedo
Romance
Romance sobre cautivos y presos. Audios recopilados en La tradición oral leonesa. Antología sonora del romancero (2019), de David Álvarez Cárcamo.
Un día poniendo el velo Antoñita de Santa Ana,
vino un batallón de moros cautivada la llevaban.
El moro que la llevó en un cuarto la encerraba
y cuando el moro volvía llorando se la encontraba.
—¿Por qué lloras Antonita o por vino o por agua?
—Ni lloro por pan ni vino ni por vino ni por agua,
lloro porque estoy aquí en este cuarto encerrada,
ni veo al sol ni a la luna ni quien por la calle pasa.
—Para que esteas alegre te abro puertas y ventanas.
Y un día estando en el balcón mirando a ver quién pasaba,
vio venir un caballero que su rostro le envidiaba.
—Oiga, oiga caballero sus padres ¿cómo se llaman?.
—Mi padre es don Grabiel y mi madre doña Ana
y una hermana que’o tenía que Antoñita se llamaba,
que’i un batallón de moros la llevaran cautivada.
—Suba, suba, caballero no repare más en nada,
suba, suba, caballero dará un beso a su hermana.
La cogió en su caballo y para atrás se volvía,
porque si llegara el moro a los dos los mataría.
Pasan puentes, pasan ríos y de nada conocía
y al llegar a una explanada ella miraba y decía:
—¡Ay que ver qué verdes campos y ay que ver qué verde olivas!
Estos son los olivares los que mi padre tenía.
Llegan a la puerta y llaman: —Abran con gran alegría,
que esta mujer que viene aquí vaya a ser la esposa mía.
—Si es que la traes por esposa Dios la traiga bien querida
y si la traes por hermana luego será bien querida.
—Sí la traigo por hermana que si es la hermana mía.
«y la madre le contesta»
—Esta sí que no es mi hija que está muy descolorida,
mi hija cuando la robaron bellos colores tenía.
—¿Cómo quiere madre mía si antes buen color tenía?
ahora me tenían encerrada lavando al pie de una fuente fría,
que fue que me tenían presa y al mismo tiempo cautiva.