La venganza del honor. Rico Franco – Castrocalbón

Allá arriba hay una ermita       que le llaman la Irupel
y en ella vive una niña       que se llamaba Isabel.
Sus padres no se la daban       ni a duques, ni a marqués,
ni por dinero que cueste       tres contadores al mes.
La han llevado a los juegos,       a los juegos de Irupel
y la ha ganado un guapo mozo       guapo mozo aragonés.
Para sacarla de casa mató       a sus hermanos tres
y a su padre y a su madre       presos los dejó también.
La ha montado en el caballo       lo ha llevado a cuatro pies
y en el medio del camino       dio un suspiro la Isabel:
—¿Por qué suspiras mi vida,       por qué suspiras mi bien?
Si suspiras por tu tierra       tarde la vuelves a ver.
—No suspiro por mi tierra,       ni por ningún interés,
dame tu puñal dorado.       Le decía la Isabel.
—¿Pa qué lo quieres mi vida,       pa qué lo quieres mi bien?
—Pa partir una manzana       que vengo muerta de sed.
Y él se lo dio de al derechas       y ella lo cogió al revés,
de dos idas y venidas       la cabeza fue a los pies.
A las ansias de la muerte       dijo el mozo aragonés:
—Has matado a un rico mozo,       rico mozo aragonés.
—Si he matado a un rico mozo,       rico mozo bien lo sé
y ahora me voy a mi tierra       y a mis padres soltaré
y a mis hermanos queridos       tierra santa les daré.
Aquí termina la historia       y aquí termina el papel
y aquí termina la historia       de la valiente Isabel.