Las señas del esposo. La coronela – Torneros de Jamuz

—Oiga usted señor soldado       usted que ha servido al rey.
¿No habrá visto a mi marido       por la guerra alguna vez?
—Sí señora sí lo he visto,       déame las señas de él.
—Mi marido es gente noble       y de las damas cortés,
es jugador de pelota       y la vuelve de al revés,
trae un caballito rojo       aparejado a lo inglés.
—Ese hombre ya fue muerto       quince días hizo ayer
y dejó en el testamento       que me case con usted.
—No lo quiera el rey del cielo       ni tampoco Santa Inés,
que mujer de un caballero       capitán aragonés
y las tres hijas que tengo       yo las acomodaré,
la una con Santa Clara       la otra con Santa Inés.
La más chiquitina de ellas       conmigo la llevaré
que me barra y que me friegue       y me haga de comer
y me agarre de la mano       y me lleve al coronel.