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Presagios del labrador – Villamandos

Romance

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Categorías
Tradición oral
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Subcategorías
Romances
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Descripción

Romance con la mujer como protagonista: calumniadas. Audios recopilados en La tradición oral leonesa. Antología sonora del romancero (2019), de David Álvarez Cárcamo.

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Transcripción

El veintiuno de marzo       comienza la primavera,
ya abotonan las encinas       y florecen las riberas.
Había un pastorito       guardando las sus ovejas,
fue un corazón y le dice:       —Vete pa casa y no vuelvas,
tienes la mujer solita       te está haciendo mil ofensas.
Deja las estrechas sendas       coge los anchos caminos,
deja el caballo que corre       coge la mula que vuela
y a la entrada del lugar       tu casita es la primera.
La puerta estaba cerrada       la que siempre estaba abierta,
preguntó y a las vecinas       que dónde está la su Manuela.
Unas dicen que está dentro       otras dicen que está fuera
y otras dicen que la han visto       con un galán a la puerta.
Con el puñal que llevaba       un buraco hizo a la puerta,
primero metió los pies       luego metió la cabeza
y el caballo que no pudo       se lo ha dejado a la reja,
le ha dado paja y cebada       para que se entretuviera.
Iremos a la cocina       por ver lo que había en ella
estaba el niño y la niña       jugando y a las rayuelas.
—Dime tú, corazoncito,       dime, ¿dónde está tu madre?
—Señor, no sé decirle a usted,       si fue a en casa de su madre.
Iremos a la habitación       por ver lo que había en ella,
lo primero que se ve       un zapato y una media.
—Este zapato no es mío       ni tampoco esta media,
que las mías eran de lana       y estas son de rica seda.
Un poquito más alante       un candelero con vela.
—Esta es señal de difuntos       que nos alumbran con vela.
Subiremos a la alcoba       lo primero que se ve,
estaba el galán y la dama       durmiendo y a pierna suelta.
Coge el galán por la mano       tres puñaladas le dio,
tres puñaladas le dio       tres puñaladas le diera.
—Y ahora vamos a la dama       que el galán seguro queda
y si no queda seguro       le cerraremos la puerta.
Dímelo tú, perra ingrata,       dímelo tú, ingrata perra,
¿qué mal te he hecho yo       pa que me hagas mil ofensas?
Si lo hacías por comer       vino había en mi bodega
y si no te bonda eso       la de mi padre está llena.
Si lo hacías por beber       vino había en mi bodega
y si no te bonda eso       la de mi padre está llena.
Si lo hacías por marido       verme escrito una esquela,
que te encontrabas enferma,       aunque nunca lo estuvieras.
Y coge el niño en tus brazos,       dale la leche postrera.
—Malos demonios te lleven,       que yo la leche le diera.
—Ya hace la confesión       si no quiés morir sin ella.
Y al decir yo pecador       el corazón le atraviesa.
Y aquí termina el relato       sacado por un pastor,
que lleva las pieles puestas       que las compró en Villalón.
Y aquí termina el relato       sacado por un pelele,
que lleva las pieles puestas       que las compró en Algadefe.